Todos hemos visto alguna vez cómo la mala hierba o maleza puede afectar el aspecto de los jardines o estorbar entre los cultivos de los huertos. Lo primero que debes tener en cuenta es que no es fácil de erradicar, por ello el refrán: “mala hierba nunca muere”. Muchas veces uno piensa que ya consiguió librarse de ella y de pronto, vuelve a aparecer. Esto es debido a su alta resistencia y adaptabilidad, a diferencia de otras plantas.

Afortunadamente, existen diversos métodos para eliminarla. Desde la forma manual, empleando herbicidas o, incluso, utilizando motoguadañas. A continuación, te brindaremos algunas de las mejores soluciones que te ayudarán con esta difícil, pero no imposible tarea. 

1. Apóyate, primero, con procedimientos manuales

Como primera alternativa y si tu huerto o jardín no es demasiado grande, es arrancar las malas hierbas con las manos. Cada vez que lo hagas se irán debilitando y al final conseguirás acabar con ellas. Para obtener mejores resultados, te sugerimos regar el terreno un día antes, ya que al estar más blando y húmedo, serán más fáciles de extraer.

2. Define en qué momento usar herbicidas

Si la mala hierba se resiste a salir es el momento de utilizar un herbicida eficaz que sea el más adecuado para tu huerto o jardín. Pero antes, debes identificar el tipo de mala hierba que está afectando tu vegetación.

Estas pueden ser anuales o perennes. Las primeras son las más comunes, surgen a partir de semillas y viven solamente una temporada, en las que crecen, sueltan sus semillas y mueren. Por otro lado, las malas hierbas perennes pueden vivir durante muchos años, a pesar del arduo trabajo por exterminarlas. Es difícil acabar con las raíces subterráneas, puesto que vuelven a rebrotar una y otra vez.

Después de reconocer el tipo de mala hierba, puedes considerar utilizar herbicidas de contacto o sistémicos. En el primer caso, destruyen tallos y hojas, pero no llegan a las raíces. Por el contrario, los sistémicos se aplican en las hojas desde donde son absorbidos hasta llegar a toda la planta, incluyendo a las raíces.

3.  No dejes de probar métodos caseros

Si bien es cierto que los herbicidas son una alternativa práctica, también puedes recurrir a opciones más naturales que están presentes en tu propio hogar. Su uso adecuado te ayudará a limpiar el terreno de estas hierbas desagradables.

• Agua hirviendo: este remedio es sencillo, fácil de aplicar y eficaz. El monóxido de hidrógeno del agua hervida matará al instante todo lo que alcance, incluyendo las raíces. Solo debes verterla encima de la maleza que desees erradicar. Recuerda que el agua hirviendo no selecciona, así que debes tener mucho cuidado en no dañar a otras plantas que estén cerca.

•  Sal: su aplicación evita que vuelvan a crecer malas hierbas en determinadas zonas. La sal se debe renovar cada cierto tiempo y además tener en cuenta que no crecerán plantas donde sea regada. Es una solución ideal si tenemos un camino de baldosas y no queremos que nada crezca en medio de ellas.

•  Vinagre: cualquiera de sus variedades tiene ácido acético, lo que es útil para eliminar la vegetación no deseada. Después de utilizarla, recuerda extraer las raíces ya sea de forma manual o con alguna herramienta. Este método funcionará mejor en plantas jóvenes debido a su poca fuerza.

• Harina de maíz: este remedio se utiliza después de retirar las malas hierbas. Sirve para sellar la tierra, así nada crecerá bajo ella y eliminará los residuos que queden.

4. Ayúdate con una motoguadaña

A la hora de trabajar en tu jardín o huerto, es recomendable ayudarse con algunas herramientas para facilitar ciertos trabajos, como el de quitar las malas hierbas. En este caso la cuchilla de nylon de la motoguadaña servirá para cortar todo tipo de maleza a ras de suelo. Su uso acabará con las malas hierbas anuales y mantendrá limpio el jardín. En Honda Productos de Fuerza contamos con diferentes modelos que pueden ser útiles para ti, conócelos aquí.

¡Listo! Una vez eliminadas las malas hierbas, te sugerimos seguir vigilante y tener en cuenta algunas recomendaciones que te ayudarán a controlarlas si en caso volviesen a aparecer:

• Limpia muy bien el terreno antes de empezar a plantar: elimina raíces, rizomas o pequeños bulbos, ya que pueden ser restos de malas hierbas.

• No dejes crecer a las hierbas anuales: acaba con ellas cuanto antes para evitar que suelten sus semillas y se propaguen.

• No riegues zonas donde no hay plantas: podrías estar brindando agua a las malas hierbas.

Sabemos que será un proceso largo, pero recuerda que con paciencia y trabajo, lograrás mantener sano y en buen estado a tu jardín o huerto. Ya verás que tu esfuerzo tendrá grandes recompensas.